viernes, abril 28, 2006

el peso de las cosas

Alguna vez quisimos ser astronautas, futbolistas, bomberos, pilotos. Nos quedamos con ganas de leer algún libro, de ganar una medalla. Siempre. Poco a poco, el hueco pesa más. Cuando dijimos adiós porque era lo mejor para ambos, cuando dejamos el equipo deportivo, cuando no defendimos lo que queríamos estudiar, cuando besamos sin sentir nada, cuando tenemos ganas de escondernos porque no estamos listos, cuando fuimos a dormir preguntándonos por qué diablos no le pedimos su numero de teléfono.

El peso de un granito de arena por cada una. Somos un saco. Lo sentimos en el pecho y en los ojos. Le quitamos a las cosas importantes la importancia. Y nos quedamos sin qué amar.

En el libro de "La cuidad de los corrales de oro", un padre dice a su hijo: Cada vez que dejamos un sueño sin cumplir se nos apaga una lucecita en el corazón

¿Cuánto pesará nuestra oscuridad?

martes, abril 25, 2006

Choque automovilístico

El maestro dijo que el cerebro no distingue la realidad de la ficción; dijo que, por ejemplo, imagináramos jugo de limón en la boca. Todos salivamos.

---

Ayer me llamaron y yo creí que habían muerto. Viajaban de Puebla a Tampico. Ustedes carro y mi hermana en autobús. Salieron a la misma hora, el autobús detrás del carro rojo.

“No queremos que Lisa vea lo que pasó
“¿Qué paso Xavier?
“Tu dile eso a Lisa.

Comencé a inquietarme. Nos habíamos dormido a las cinco de la mañana. Ellos manejaban desde las doce del día. Eran las siete.

“Hola Lisa ¿te desperté?
“No. Estaba viendo una película
“¿Cuál película?
“La de los increíbles.

Como no había podido volver a comunicarme con ninguno de mis tres amigos, le marqué a Lisa aunque no pensaba decirle nada de la llamada anterior.

“Vamos a vuelta de rueda.
“¿Por qué?
“Un choque. ¡Ala Mariel! ¡Está impactante! Un carro rojo contra una carcachita verde. Hay sangre por todo el piso. Acaban de pasar dos ambulancias. Está horrible.

Y en cada frase yo me tragué las imágenes donde mis amigos quedaban abiertos en la carretera con el cuerpo destrozado. Imágenes como latigazos, perfectas. En mis cuentos hay descripciones clarísimas de choques, de carreteras, de cuerpos, de carros.

es curioso, Ángelo que la primera vez te saliste por la ventanilla y otra vez fuiste a parar con el pecho abierto como granada en medio del campo

No pude seguir hablando. Le dí a Ale el teléfono.

Pero Mauricio gritaba jurando que no había visto al trailer y lo siguió gritando hasta que amaneció

Fragmento de todo lo que ví, pero Ángelo y Mauricio tomaron la cara de los amigos que ahora seguramente estaban tirados, a la orilla del camino. No me contestarían los celulares. No podían.

y cuando volví a meterte el celular en la bolsa ya no convulsionabas y los insectos se juntaban sobre ti y yo tenia un sabor salado en el metal de la boca,

Aunque Ale llegaba y me decía que no me preocupara porque Lisa cree que no es el carro de ellos, no es el modelo, esta casi segura, Mariel, tranquila.

Una varilla larga y lenta se fue doblando dentro de mí hasta que no sólo vi el piso. Mis manos se agarraban a la realidad del suéter de Beto. Cerré los ojos y las imágenes fluyeron. Abrí los ojos. Seguían ahí. Seguí intentando llamarles. Le llamé a Juan Ángel. Me contestó Xavier.

“¿Qué haces con el celular de Juan?
“Mmm, fue al baño
“¡Dime!

Y minutos después, Juan Ángel llamó. Explicó todo: Hubo un choque en la carretera. Era un carro igualito al de nosotros. Te llamamos para que le dijeras a Lisa que no queríamos que viera lo que había pasado porque no queríamos que se asustara.
“No se preocupen: no se asustó.

Colgué.


El sabor del choque duró tres días entre mis labios.

miércoles, abril 12, 2006

la seguridad del mundo comprado.

Ahi vamos.

Mi hermano acaba de cometer un error:
dijo que quería estudiar música

“Don't ask yourself what the world needs.
Ask yourself what makes you come alive and go do that.


Y cuando lo dijo, mis papas voltearon a verme para que le dijera algo.
Estudio literatura. ¿Qué pueden esperar?

Because what the world needs is people who have come alive!"

“mecatronica es la carrera del futuro” Dijeron ellos.
Vamos hermano, estúdiala, tal vez entonces seas rico y puedas comprar instrumentos de colección para tenerlos en una vitrina.

El mundo esta en reposo, envitrinado, muerto.
Lo bueno es que podemos comprarlo.
Y eso nos reconforta.

martes, abril 11, 2006

welcome to reality.

Hay personas normales. Esas que entran al oxxo y compran un jugo de piña, unos cigarros, unas galletas y un queso. ¿Reunión en la casa? No siempre. Son las ocho y cuarto de la noche y voy a Poza Rica. Tengo miedo porque nada más tengo cien pesos y con eso no alcanza un boleto. No quiero quedarme en Poza Rica si acaso las salidas se retrazan y pierdo el autobús… pero no hay que hacer tragedia.

Una reunión estaría bien. Tomar un trocito de queso, una copa, que tal licenciado cómo están sus hijos, qué tal va la chamba. No tengo amigos de traje, de hijos y de chamba. Tampoco un cuchillo para picar el queso en trocitos. Comerlo entonces como manzana. No hay botaderos para las galletas. Jugo de piña pero no alcohol. Aunque lo hubiera no tomaría Ayer me tomé el alcohol de toda mi vida. Así que será una fiesta de sobrios, pásele licenciado, siéntese. Sacar un cigarro, dos, veinte. Tirarlos y quedarse con la cajita de metal. ¿No fuma? ¡Que sorpresa! De todas maneras me atreveré a pedirle un encendedor. Y el comedor es una mesa roja. Y la casa está abierta las veinticuatro horas. Y queremos verte feliz.


Hay personas normales. No siempre. Pero nadie se asombra: hemos perdido esas capacidades. De todos modos, nadie se sale del dogma para asombrar. Más bien tenemos hambre y se nos atravesó un oxxo. Y aunque a veces me río de mí y me escribo, hay otras en que me gustaría agarrar el queso, las galletas, el jugo y los cigarros y llegar a casa a preparar la reunión. Carajo, sólo tengo cien pesos.