miércoles, junio 21, 2006

El inicio del bestiario.

En Montreal he visto cosas rari'simas, personajes. Este es el inicio de un bestiario. Me encanta describir a los dema's.

lunes, junio 05, 2006

IN TRANSIT

El renglón está en blanco.
“¿Qué pongo aquí?
Ella, una mujer vestida con uniforme azul marino tomó la ficha de migración y escribió: IN TRANSIT.

En el avión había un chino que me preguntó si la revista estaba en español. Yo le dije que si. Preguntó si comprendía el español yo le dije que si. Hablamos de tes, de cafés, de jugos de tomate. En un vuelo recorrimos el continente americano. Una montaña rusa, yo soy cardiólogo. Y yo estudio literatura. Intercambiamos datos y nos despedimos. El estaba en la parte alta de la escalera al llegar al aeropuerto. WE WERE IN TRANSIT.

En la fila había un gringo con el que choqué sin querer. Queriendo repetir todo, le dije que si, que hablaba español. Estábamos en la aduana canadiense. Hablamos de bicicletas y de globalofóbicos. En la aduana canadiense, checaron mi ficha de migración.
IN TRANSIT.

Llegué a la casa canadiense, con una familia.
Dos horas después, salí de la casa y de la familia
IN TRANSIT.

Me llevaron con la familia correcta
Dos meses después volveré con mi familia en Tampico
IN TRANSIT
O con mi familia en Puebla, después de dos semanas.
IN TRANSIT.

Nunca había amado tanto esas palabras.
Tal vez mañana las odie; pero está bien.
Words are in transit, just like me.

jueves, junio 01, 2006

Eso suena.

Ahora veo una pecera, sin agua, llena de peces de ojos abiertos. Hay un caracol. Me gusta la palabra. Creo que caracol, tiene algo de descenso, algo de infinito, es como una canica que rebota hacia abajo. Tal vez por las vocales, las sílabas
ca
ra
col
ahhh, suena a tacones que bajan una escalera de mármol.
Pero iba a decir otra cosa; acerca de la gente que habla del calentamiento global. Suena bien eso de calentamiento global, suena importante. Suena a que tenemos una conciencia redonda. Eso de global le da un tono serio... Cortázar diría que es la gente que ha contraído el hábito de creer en el mundo exterior (léase instrucciones para llorar). Vargas Llosa escribió "La cuidad y los perros" a los diez y nueve años. Debería de estar escribiendo algo importante, o preocupándome por el calentamiento global.