domingo, septiembre 23, 2007

Estampa: Camino Real a Cholula

Los eventos sociales llenos de gatas violentas. Un gordo bosteza la parsimonia de los enrejados. Un idiota se sube al camión. Una cadena de paralíticos se extiende sobre el valle taciturno. Nieve y luz, el fuego de la mañana da gritos y se esconde. La mujer lleva en sus manos una bolsa de pan y tres inviernos mordiéndole la falda. Mochilas, zapatos, plumeros como aves en su anhelo de ser polvo. Y el polvo en los ojos desollado. La carne de agosto. Lenta maquinaria de los días sin diesel que llenan con tedio los campos de futbol. Vuelve a amanecer. La risa de los columpios en el bulevar Olmeca. Cantos que se me escapan al despertar en cada cigarro de nieve oscurecida.

domingo, septiembre 16, 2007

Nada tiene que ver la muerte

Me he muerto a mí misma
y eso me conmueve sobremanera...
-Blanca Whiethuchter

No es que lo recuerde
–no me pidan precisarlo–
pero hace dos, o tres días
encontré mi cuerpo
encallado en la acera
frente a una miscelánea.

Era mi suéter rojo,
mis infinitas libretas
sin destinatario,
mis ojos de perro triste,
yo, el perro,
que nunca tuvo sino su vientre
hinchado de hambre
y de parásitos,

de aquello que en otro tiempo
llamaba poesía,
como fruta pudriéndose,
yo, que nunca temí nada
sino a mi misma
he descubierto la muerte
con un andar tranquilo a casa
y me he dado cuenta
de que la muerte
se parece mucho más
a otra noche de insomnio.

jueves, septiembre 13, 2007

Fotografía

–¿Podrías moverte un poco más?
–¿Así?
–Un poco más.
–¿Y ahora?
–Ahí.
Yulia buscó debajo de su blusa el dije de libélula que funcionaba como llave para su reflex. El aire no se movía y a las gotas de lluvia lo apartaban con esfuerzo para precipitarse sobre los tejados. Adentro, los cabellos de Azulejo brillaban con un resplandor triste.
–Con la luz así me sabes como a canela.
Azulejo no respondió. Pensaba en la portada de una revista de autos que había visto en el camino. Yulia apartó la baba amarilla que brotaba de su cabeza en delgados hilos. Descubrió el lente, abrió el diafragma, dijo dos palabras en ruso y enfocó.
–Azulejo, la corbata.
–Me da miedo tocarla, hazlo tú.
En el alféizar de la ventana había un alebrije con cabeza de dragón. La lluvia seguía. El olor del chai se confundía con las luces navideñas que colgaban del marco de la ventana.
–Esto es una basura.
Noche de paz había estado sonando con un sonido lánguido y descompuesto la última semana pero ninguno de los dos se había dado cuenta.
–Es que es imposible retratarte, poseerte de alguna manera, Azulejo, es eso, porque no eres tú, a veces eres mi hijo o mi padre o un carpintero o un músico de esos bares del centro de la cuidad o un ave. Un ave con plumas como de cera, sí.
–La cámara, Yulia, con cuidado.
–Yo sé que tú me has dicho que quizá somos un charco en la calle, una servilleta, un recibo de luz pero tú eres demasiado al mismo tiempo. Yo pocas veces despierto con la certeza de que sido una de esas alfombras debajo de los tronos de los reyes árabes o de que soy un caracol. ¿A ti no te parece que tengo algo de caracol? ¿Azulejo? ¡Azulejo!
–A veces.
–¿Y si fuera un caracol, Azulejo, y si lo fuera?
–Entonces yo sería un ave. Demonios, esta corbata.
–Déjame ayudarte
Yulia le tocó la cara, escamas transparentes cayeron sobre las sábanas rosas. Yulia se escurrió lentamente hasta quedar con la frente en las rodillas, con los puños cerrados frente a ellas y el cabello cubriéndole los brazos.
–No llores Yulia.
Había dejado de llover. Azulejo llevó a Yulia a la sala, la recostó en un tapete con diseño geométrico y se arrancó dos pedazos de tela para cubrirle los ojos. Fue a la ventana y la abrió. Antes de salir escuchó a Yulia maldecir por haber disparado la cámara sin querer. Volvió a la sala y la vio envuelta en el tapete y temblando.
–Siempre has sido muy torpe para esto.
–Yo sé Azulejo, yo sé, pero cierra la ventana y quédate conmigo. Mañana lo intentaremos otra vez.

miércoles, septiembre 12, 2007

Nota sobre este blog y su parecido con la realidad

"A algunos puede parecerles una invención, pero lo que ocurrió en mi imaginación sucedió en la realidad, al menos para mí. La Historia puede negarlo, ya que no he participado en la historia de mi pueblo, pero, aunque todo loque digo sea falso, parcial, vengativo, malévolo, aunque yo sea un mentiroso y un falseador, es la verdad y tendrán que tragarla." miller

Muchas cosas que suceden y que se dicen y que son importantes aunque a veces no lleguen a traducirse en la realidad porque no se expresan como acciones o como enunciados.

Por esto, escriba lo que escriba, este blog no es una ficción. Es un registro.

martes, septiembre 11, 2007

Otra carta

Mariel: Me comí tu chocolate.
Ale: ¿Cuál? ¿El que estaba sobre el refri?
Mariel: ahá.
Ale: ¡Ufff! Ese lo saqué de mi morral. Estaba ahí desde el semestre pasado.
...

Mariel: Eso que escuchamos es Sabines, ¿no?
Ale: Si.
Mariel: ah.

Quisiera hablar de ti a todas horas
en un congreso de sordos,
enseñar tu retrato a todos los ciegos que encuentre.
Quiero darte a nadie
para que regreses a mí sin haberte ido.

Ale: ¿qué?
Mariel: Es que nunca había sentido un verso de Sabines tan... fuerte.
Ale: A mí me gusta esta parte de "te invito a comer uvas esta tarde o a tomar café, si llueve, y a estar juntos siempre, siempre, hasta la noche" jaja, eso una vez me lo dijo Omar y esa noche comimos uvas.
Mariel: Supongo que hay bastante de eso, ¿no? Los referentes...
Ale: Supongo, sí. ¿A dónde vas?
Mariel: No sé, por ahí, a caminar. Me siento como... no sé. Como con algo en el pecho o en la panza.
Ale: El chocolate.
Mariel:¿El chocolate? Pues igual y si.

lunes, septiembre 10, 2007

¡Hola! y de vuelta

Saludos, lectores (si es que acaso me queda alguno)

Si, faltan textos entre el post de Andreas y el que ahora escribo. Pienso que los subiré pronto. Me hubiera gustado llevar un orden cronológico pero si no escribo ahora el blog quedará abandonado.

Hay cosas que pasan y yo quiero escribir, escribir, escribir.

En fin, nos veremos.