eso que llamaba sustancia mítica. Un vaso, una foca, una cita de calendario: algo transparente, vacío, el sustantivo que llena la enumeración y que está completamente fuera de lugar. Yo ahora mismo, en medio de esta canción estoy construyéndote. Te doy un nombre: Teresa y tú te vacías de ti y de tus sueños fugaces y citas ambiguas.
–Estoy cansado de estar aquí. Podríamos salir a dar un paseo.
Teresa le miró, asintió varias veces con la cabeza pero no se movió. Continuó con su relato:
–Podía ver toda la habitación y el piso era de agua. La cama estaba flotando y yo estaba dormida. Había una foca que recorría toda la casa, la cama se estaba rompiendo y yo quería despertar porque sabía que si mis piernas entraban al agua la foca se comería los dedos de mis pies.
Teresa miraba el vaso entre sus manos como si siguiera pensando en el sueño y no esperara ninguna respuesta. Después, agarró el calendario y arrancó la hoja del día anterior: Lunes 14 de abril. Las guerras seguirán existiendo en el mundo mientras el color de la piel sea más importante que el de los ojos. El silencio había durado bastante.
–No sé si eso requiera una mirada psicoanalítica –dijo y en seguida soltó una carcajada que sonó como un reguero de vidrio en el suelo. Teresa levantó la vista, molesta.
–Ay, todo lo rompes tú.
Él se alisó unos pliegues que su abrigo no tenía. Miró a Teresa que había bajado los pies del sofá y ya no abrazaba sus piernas. "Tal vez Teresa no es un buen nombre después de todo. En realidad no quiero hacer una reescritura." La miró encogerse de hombros y seguirlo con la vista hasta el cuarto de baño. Pensó que la sustancia mítica tenía mucho más que ver con algo líquido que con una estructura firme, una articulación temporal o una búsqueda filológica y que había que llenarla con eso. Pensó que incluso aquella sustancia podía estar fluyendo dentro de su propio ser, una conciencia desordenada, una conjetura, una enumeración caótica, lo inmediato, lo cotidiano, un vaso, una foca, el texto, la cita y entonces quizá, una hoja de calendario, una galleta, una canción, la construcción rota, el vaso, el texto, la forma, Teresa, la construcción, el calendario, la hoja, la canción, la foca, la galleta...
–Vamos a dar un paseo.
Ella asintió de nuevo y fue a buscar sus sandalias. Él tomó las llaves sobre la mesa, quitó la música y apagó las luces. Salieron a la calle, era una noche cálida.
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1 comentario:
Muy padre, Mariel.
En estos momentos estoy pasando por un momento de fijación con el agua, sus formas en la imaginación y bla bla bla de lo que te decía.
Esta lectura me hizo recordar algo de ello. También se me había ocurrido la idea de incluir en una narración o un poema una habitación hecha totalmente de agua, dentro de un sueño.
Saludos y nos seguimos leyendo.
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