lunes, septiembre 25, 2006

Novela alegórica en dos capítulos

Capitulo I

“¡Dios! ¡El reino de Dios! ¡Muéstreseme como los laberintos del grano de mostaza! ¡Tiende un puente entre mi sueño y el paraíso! ¡Quiero despertar con la flor en la mano!”


Capitulo II y último

1. Al despertar, la habitación estaba completamente iluminada y vacía. Sólo quedaban los cuatro muros, el techo, la cama, el escritorio y su silla. Todo era blanco y no había piso. Me senté al borde de la cama a esperar a que el guía llegara.

2. Me puse de pie sobre una superficie fría que se escapaba a los ojos de la carne. Caminé hacia el escritorio y saqué del cajón una llave transparente. Me senté en la silla a esperar a que el guía llegara.

3. Caminé hacia el pasillo que me llevaría a la otra habitación. “Debe haber dos guardianes que me cuestionarán, pues esa puerta siempre está cerrada” Al fin del pasillo, no había guardianes ni puerta: era un hueco que daba hacia otro espacio blanco. “Probablemente sea la Pureza” pensé. Entré pero no había muros, ni Pureza, ni tronos de mármol, ni coronas; sólo un blanco infinito y la superficie fría bajo los pies descalzos. Quise regresar pero ya no había hueco, ni pasillo. Entonces recordé la llave. La tomé entre mis dedos y la saqué del bolsillo. Me la acerqué al pecho para abrirlo. “Aquí puede haber guía” pensé. Cayó rebotando varias veces. No pude encontrarla.

No hay comentarios.: