lunes, febrero 12, 2007

conversación en el café

Tus dedos en la bufanda color vino esconden un bisturí para cada palabra. Podrían ser para cortar mi cara, podrían ser para cortar la mesa, podrían ser para cortar tus dedos. Cuando mi sangre se derrame (yo sobre la mesa) tú podrías agarrarla y enredarla en tus dedos, igual que ahora tu bufanda y continuar tomando café. “Hace falta anestesia, el frío no es suficiente”, pensé. Nada nunca fue suficiente, ni los libros ni los lugares ni los nombres; ¿cómo iba a serlo yo? Cerré los ojos esperando el golpe y comenzaste a hablar. Entonces el frío se hizo más intenso; dejé de sentir mis pies.

3 comentarios:

mabellev dijo...

A veces también hace falta la amnesia y un frío más intenso con el que dejemos de sentir algo más que los pies ¿no?
Uno siempre quisiera sólo ojos bien abiertos y Janos pero luego ahí está el profesor-lobo y las marquitas rojas. Crayola, al final sólo tu sabes si reescribir, si cruzar más rios, si reinventar más cuentos, más vacas... en fin...
suerte con el taller...

Alfredo Godínez dijo...

Las palabras están volando, son idecibles, pero tú les das vida y sentimientos.
Eres grande.
Un abrazo.
Con cariño.
Fredo.

Lic Rafael Lu dijo...

Sabes solo pasaba a saludar.

Saludos