miércoles, marzo 22, 2006

Manchas en la pared.

Las manchas mas antiguas vienen de cuando tenía seis o siete años. Eran para ver cuánto había crecido. Las hacía cada semana para darle tiempo a mi cuerpo de estirarse o encogerse. Gran desilusión si las marcas recientes quedaban por debajo de las anteriores.

Las siguientes manchas en la pared son los días que faltan para que llegaran las vacaciones. No me gusta la escuela. La maestra me ponía a ver un punto en el pizarrón hasta que tocaran la salida. Entonces yo me iba, pero el punto se quedaba ahí. Faltaban dos renglones de tachas en la pared para que saliéramos de clase.

Esta no es una mancha en la pared. Es una nota y dice “mami, te odio”

Cuando salió la película de starwars episodio uno, mi hermano hizo una colección de mocos en la pared. Cada uno tenía el nombre de un personaje. También esos dejaron manchas.

Las manchas grises eran de las tocadas. Era mi novio y las marcas las hizo con la cabeza del bajo, cada vez que se agachaba a ecualizar rayaba la pared. Decía “mierda” y me volteaba a ver: “Así va a terminar tu pared”

Ese era mi cuarto, una vez escribí una carta mirando una mancha.

Los globos que pegaron en la fiesta de despedida. La goma de la cinta y el polvo chicloso. Nunca supe muy bien porqué me iba. Tal vez mis amigos si y por eso me hicieron una fiesta. Las manchas no se quitaron. Yo no pude mirarlas mientras hacia la maleta.


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Estoy fuera.

Ya no hay manchas.

No creo en los ídolos,
sólo en los referentes

Y tengo miedo.

3 comentarios:

Lic Rafael Lu dijo...

Tener miedo, es lo mas hermoso que nos puede pasar, nos hace humanos

crayola dijo...

tienes razon, rafa lu. El miedo evidencia a la debilidad.

Ictericia dijo...

Las manchas son lindas, a veces se quedan pegadas en las espaldas y me dan tantas ganas de unirlas ahhh...