martes, abril 11, 2006

welcome to reality.

Hay personas normales. Esas que entran al oxxo y compran un jugo de piña, unos cigarros, unas galletas y un queso. ¿Reunión en la casa? No siempre. Son las ocho y cuarto de la noche y voy a Poza Rica. Tengo miedo porque nada más tengo cien pesos y con eso no alcanza un boleto. No quiero quedarme en Poza Rica si acaso las salidas se retrazan y pierdo el autobús… pero no hay que hacer tragedia.

Una reunión estaría bien. Tomar un trocito de queso, una copa, que tal licenciado cómo están sus hijos, qué tal va la chamba. No tengo amigos de traje, de hijos y de chamba. Tampoco un cuchillo para picar el queso en trocitos. Comerlo entonces como manzana. No hay botaderos para las galletas. Jugo de piña pero no alcohol. Aunque lo hubiera no tomaría Ayer me tomé el alcohol de toda mi vida. Así que será una fiesta de sobrios, pásele licenciado, siéntese. Sacar un cigarro, dos, veinte. Tirarlos y quedarse con la cajita de metal. ¿No fuma? ¡Que sorpresa! De todas maneras me atreveré a pedirle un encendedor. Y el comedor es una mesa roja. Y la casa está abierta las veinticuatro horas. Y queremos verte feliz.


Hay personas normales. No siempre. Pero nadie se asombra: hemos perdido esas capacidades. De todos modos, nadie se sale del dogma para asombrar. Más bien tenemos hambre y se nos atravesó un oxxo. Y aunque a veces me río de mí y me escribo, hay otras en que me gustaría agarrar el queso, las galletas, el jugo y los cigarros y llegar a casa a preparar la reunión. Carajo, sólo tengo cien pesos.

1 comentario:

Ictericia dijo...

Hay personas no tan normales, de esas que entran a un Oxxo a las tres de la mañana con el frío y el sueño a comprar tutsi pops y recibir el reproche de la intendenta porque entre sorpre y sorpre han acabado con todos los dulces de la tienda...
No lo sé de cierto, lo supongo.