sábado, mayo 20, 2006

Y sólo tengo un cuento y un chocolate.

Desde que llegué a Tampico tengo ganas de hacer cosas como escuchar jazz en el carro de Beto. Quiero gritar ¡ahuia! con Ale. Quiero glosar a los conquistadores y los cronistas de indias. Reírme de los maestros al hablar. Quiero incendiar las matas de mi jefa. Quiero reunirme a trabajar sobre el libro. Tomarme un café en macondo. Salir los martes del cine club y discutir la película. Quiero burlarme del acosador Alexis. Quiero reírme de los personajes en las piezas teatrales que dicen “muerto soy” Quiero ver a la sendicstina. Quiero volver a presentar el examen oral de literatura medieval Española. Quiero leer en voz alta algún cuento nuevo. Quiero compartir una ensalada con Marce. Quiero comerme un chocolate. Quiero ver una película con Beto y con Ale y con la lluvia en la ventana. Quiero estudiar para el examen de Octavio en los sillones de Ray. Quiero jugar maratón con Nacho. Quiero ir a casa de Ever. Quiero andar y andar sobre las calles empedradas de Cholula.

Y de todo esto, sólo puedo leer un cuento y comerme un chocolate.

Ya quiero regresar.

2 comentarios:

Ictericia dijo...

Quiero Tiki de Jueves y comprar pendejaditas en Cholula, quiero estacionarme afuera del Oxxo y fumar y fumar hasta recuperar la pelota de tennis en la garganta que perdí aquí, quiero quedarme a dormir en Ray y hablar de niños. Quiero pelearme con Beto sobre Doors o Beatles y unas cuantas copas después confesarnos cosas, quiero escuchar a Frankie y sentirme elegante, quiero ir a clase de Nacho y salir para comer en Portobello, quiero besuquear y mi novio y llegar flotando al tiki, quiero escuchar un "órale pipope" en el coche de Beto. Quiero estacionarme en el valdío de enfrente de casa de Ernesto y ver al gordo con complicidad (eso no te lo he contado!) Todo eso quiero todo eso.

crayola dijo...

ahhh yo tambien quiero eso.
excepto besuquear a tu novio.
jaja

=)

desde que manejo en tampico, todos los demás carros son manejados por pipopes jajaja. Sólo para no extrañar tanto jejeje.

por qué la complicidad de las miradas en el valdío, amiguis?

ahuia! eso suena comprometedor.

¡Cuentame!