domingo, noviembre 19, 2006

El escritor y la hiedra

A la memoria de
Rafael Ramírez Heredia

Semillas de hiedra
en la garganta,
arrancas el pasto
raíces,
campo de futbol.
Y con el campo
te hiciste un escritorio.

La hiedra se mantuvo
y seguiste hirviendo
en tinta roja
que vomitas
sobre el papel
y tu cabeza
naranja seca al sol
cayó sobre la madera
con sonido de ave
en el cristal.

La hiedra se mantuvo
y te rompió los pulmones,
el pecho.

Me quedo tiritando,
llorando de frío
orinada en un rincón
con el caos y el talento
ahogados en dos promesas
y en tres años.
Cierro los ojos y veo
la tierra en tu cara,
el escritorio que no es campo
sino tumba.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Bonito texto. Siempre hermosa tu forma de escribir. Sin ver tu nombre, podría dar con un escrito tuyo.
Un abrazo