miércoles, enero 25, 2006

Es que era martes.

Estaba segura de que Ale lo conocía de algún lado. Si no era así, ¿por qué nos había hablado desde el carro, porqué se había atravesado la calle haciendo rechinar de llantas, porqué se había bajado y ahora estaba junto a nosotras esperando a que le invitáramos esquite?

Tal vez gangoso, tal vez mareado. Ahí estaba. Parado y preguntando que de qué semestre éramos y nombres. Ale no lo conocía. Él la miró.

- ¿Eres de México? ¡Yo también!

Con eso salí de la conversación. Un alivio. No quería platicar, ni Ale tampoco, porque entonces una pregunta como “¿crees en el amor a primera vista?” Y tal vez Ale con una respuesta de “No creo en el amor a primera vista, ni en el amor” Pero no puede darse esa respuesta porque entones se encadena platica y platica y platica. Hace frío.

- ¿Quieres subirte al carro?

- En el oxxo esta bien.

Me quedé mirándolos. No dije nada. Me Alejé un poco para que no notara mi risa. Era estudiante de merca. Y quería saber que si Ale, siendo tan bonita, tenia que pagar de más en la udla. “Las bonitas con descuento” dice Ale y las palabras con un tono rápido como si quisieran huir.

- También doy clase de redacción 1 y 2 pero no me siento superior a ti eh. Soy un chavo como ustedes. Podemos ir a cenar, podemos ir al antro.

Guacala con los antros. Guacala también con esta conversación. Me voy a reír de ti toda la carrera Ale, ¡Un tipo parado frente a ti, pidiendo que le invites esquite, pidiendo que le dijeras qué estudias, afirmando que te cambiarias de carrera, diciendo que seguramente te cambiarias a artes plásticas...! ¿Qué argumento tenía el para hacer o decir nada? ¿Para creer que lo veíamos como un superior sólo porque daba clase de redacción? Dijiste después que debiste haber contestado que eras superior a él, pero no ibas a decirlo porque entonces hombre grande y se encadena a respuestas agresivas y agresivas y agresivas. Hace miedo.

-Ya les estoy dando hueva ¿verdad?

Hice un gran esfuerzo para no reírme cuando ya nos alejábamos y entrábamos al oxxo. “Puedes enamorarte de la persona que menos esperas” gritó él. Los empleados del oxxo se nos quedaron viendo al entrar y reír tan fuerte que hicimos vibrar las puertas de los refrigeradores. ¡Que tonto! No él, ¡su decisión de tomar en martes! Los martes son horribles. Se rompe todo. A este niño se le rompió el orgullo. No vivimos en Cain Murray, como Ale afirmó, y si lo hiciéramos de todos modos no nos iría a buscar. ¡Pobrecillo! ¡Va a necesitar un caparazonzote donde esconderse si lo volvemos a ver!

1 comentario:

Luis Ricardo dijo...

Está bueno leer la anécdota desde ambas perspectivas, los detalles que pasa de largo una y la otra no.

Por ejemplo lo de -ya todo un clásico-

no me siento superior a ti.