sábado, enero 21, 2006

Los dos dias pasados

Dos días fueron suficientes para crear los dragerrotipos de la generación:

Modelo:
Marcela Orraca.

Descripción:
La mano en el cuello, como si se le fuera a caer la cabeza y con los ojos de almendras cansadas.

Pie de dragerrotipo:
“A ver, que cosa no entendiste”


Modelo:
Alberto Espinosa.

Descripición:
Manos alrededor del cuello de la chamarra azul marino que ha levantado hasta esconder su cara. Solo sobresale parte de la frente blanquísima y el cabello desordenado.

Pie de draguerrotipo:
“Bueno pues, veámonos metiéndonos al caparazón”


Modelo:
Alejandra Vergara

Descripción:
Cara ligeramente agachada con los ojos mirando hacia arriba y una mirada que va entre lo dulce y la amenaza.

Pie de dragerrotipo:
“Ah, ¿no me vas a decir cabrón?”


Modelo:
Maria.

Descripción:
*Faltó a la toma del draguerrotipo.

Pie de dragerrotipo:
*sin pie.


Modelo:
Mariel Martínez:

Descripción:
No hay una forma definida. Se movió mucho.

Pie de dragerrotipo:
Risas.


Estos somos los de la generación. Los señores trajeron cinco grandes placas metálicas y comenzaron el trabajo. Vimos que traian algunos draguerrotipos ya hechos. En seguida presentamos una descripciópn de ellos:

Modelo:
Ernesto

Descripción:
con su gorra y con su bufanda, sentado en la silla de plástico, con las manos cruzadas sobre la chamarra gris, completamente inexpresivo.

Pie de draguerrotipo:
“Estoy bien pedo, wey”


Modelo:
Martín Sanchez

Descrìpción:
Sentado en el mesabanco como queriendo salirse de ahí por arriba de la paleta y una sonrisa pronunciadísima que no muestra los dientes. Las manos juntas y sus zapatos lustrosos sobre la barra que une las dos patas delantras del mesabanco.

Pie de draguerrotipo:
“A ver, que otras entregas religiosas tenemos”


Modelo:
Nadine Migoni

Descripción:
Seria una mirada atentísima, un brazo sobre el escritorio, otro rascandose la cabeza. Laptop abierta enfrenteos ojos muy abiertos.

Pie de draguerrotipo:
“No lo había pensando. Es interesante.”

Nos divertimos con los draguerrotipos porque, a parte de jugar a romper la inmovilidad del ser drarregotipado, sabiamos que estabamos dejando algo de nosotros que franqueaba al tiempo. Despues habría que compararlas y tal vez nos sorprenderiamos de que lo que fuimos ya no coincide con lo que somos. Tal vez algun escritor famoso y desenvuelto se pregunte qué hacia escondiendose mientras sacaban el draguerrotipo; quiza alguna erudita en el Mio Cid cuya opinión critica cambió la vision de esta obra, recuerde incomoda aquellos dias en que tomaba nota de las opiniones de los estudiantes.

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