sábado, enero 21, 2006
Los dos días pasados
Dos días fueron suficientes para armar una bolsa de canicas. La cosimos con tela color vino y la llenamos con péndulos y manos. Teníamos todo el tiempo. El profesor de lingüística no llega y nosotros jugando sobre lo que antes fue una alcantarilla. Saca las canicas del círculo. Reventarlas como sueños ácidos. Rueda, canica. Miguel ¿vamos a clase? Espéranos un poco, Miguel. Mejor vente a jugar
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